martes, 25 de mayo de 2010

"Posturas del Yoga"


"Las innumerables formas de filosofía, de argumentos y de reglas atrapan al entendimiento en sus redes y le apartan del verdadero conocimiento."
-Yogbija Upanishad-


Orden de las prácticas de las posturas.

En yoga nada se hace por casualidad y la sucesión de asanas sigue reglas precisas, frutos de una experiencia milenaria.

En una serie, cada postura se integra en su lugar, complementa o acentúa la precedente, prepara la siguiente, o constituye una contra-postura equilibrante.

Entre las series-tipos de asanas lógicas y valederas, hay que escoger una y quedarse con ella, porque a la larga el organismo se habitúa, se condiciona, en el sentido pavloviano del termino, se prepara a ella y reacciona mejor. La serie que eligieron se llama Rishikesh: que es la siguiente:


- sarvangasana
-halasana
-matsyasana
-paschimottanasana
-bhujangasana
-shalabhasana
-dhanurasana
-ardha-matsyendrasana
-shirshasana
-uddiyana bandha
-suryanamaskar.


¿Por qué en este orden?

En la India, el neófito admite sin discusión las instrucciones del maestro, cuya autoridad es tal y tan trascendente su personalidad, que ningún discípulo piensa en interrogar a su gurú a propósito de él, como no discutiría un colegial una ecuación de Einstein. En cuanto al Maestro, considera que esas largas explicaciones son superfluas y deja que el adepto descubra por sí mismo lo bien fundado de sus instrucciones. Pero en Occidente, nuestro espíritu racionalista desea saber el porqué y el cómo de los ejercicios yóguicos. Este deseo es legítimo y, si no existiese espontáneamente, habría que provocarlo, porque para todos los que deben trabajar solos, el conocimiento de las reglas previene los errores.

Asanas:

Puede que las asanas sean la negación misma de la expresión corporal, en cuanto imponen movimientos en principio estereotipados, y luego actitudes definidas, que delimitan no solamente la posición del cuerpo, sino también la manera de respirar e incluso la actitud mental. ¿Cómo es posible que el condicionamiento suplementario que impone el yoga tenga la ambición de "descondicionar" al ser humano? La respuesta parcial insistirá sobre los siguientes puntos esenciales:

- La toma de la conciencia del universo interior, incluso la de ciertas funciones viscerales;

El aprendizaje de la manera correcta de servirse de los músculos;

La neutralidad emotiva, primero;

La creación de emociones positivas.

Sabemos que la adopción de una asana impone un movimiento corporal lento y económico. "Económico" significa que el adepto no utilizará más que el mínimo de músculos indispensables para colocarse en la postura. Y que éstos deben estar tan descontraidos como sea posible, con la tensión exacta necesaria para realizar el movimiento, en tanto que todos los demás músculos se mantienen relajados. El hombre natural, actúa siempre, e instintivamente, de esta manera. Los prodigios de aguante que se observan en los animales, sólo son posibles merced a esta economía en el trabajo muscular. Los métodos modernos de expresión corporal tienden a restablecer esta manera de actuar a través de movimientos espontáneos. Si el método es válido, y la experiencia lo demuestra, las asanas deberían acelerar el proceso de recuperación del gesto normal. Gracias a la lentitud, el adepto puede tomar conciencia de sus músculos con mucha mayor facilidad; la tomará también, por consiguiente, de los eventuales bloqueos y contracturas, tanto más cuanto que el yoga es, una actividad que no se orienta a la acción en el mundo exterior. Todos los movimientos del adepto se dirigen hacia un acción que transcurren en nuestro universo interior: muscular, nervioso, visceral y mental. Liberado de la preocupación por el universo circundante, del cual quiere abstraerse, el yogui tiene la gran oportunidad de reanudar el contacto con su cuerpo. Cuando se encuentra en una asana, el mental recorre todo el aparato muscular para relajarlo allí donde sea posible. Uno de los objetivos de las asanas consiste en disolver todas las tensiones inútiles y sobre todo en los lugares estratégicos, que no son los brazos ni las piernas, sino el tronco. Los brazos y piernas no desempeñan otro papel de modificar la forma del tronco, en particular de la columna vertebral. Ahora bien, es en tronco donde se deja sentir mejor la acción de la asana, y tanto más cuanto que las asanas se apartan de la actitud habitual del hombre durante el trabajo o en reposo. Es difícil tomar conciencia de los bloqueos musculares en la acción ordinaria, orientada hacia el exterior, porque el mundo exterior capta la mayor parte del potencial de acción disponible. Es posible que uno tome conciencia de su torpeza, de su falta de habilidad y cosas semejantes, pero es muy difícil descubrir el lugar preciso donde hay "nudos" en los músculos, que son nudos en los nervios, y éstos a su vez provienen de nudos en el psiquismo, ya que evidentemente todo esto está relacionado. ¿Cómo tomar conciencia de que tal grupo de músculos perpetuamente en un estado de tensión anormal, en la columna vertebral por ejemplo? Por definición, los seres humanos tensos y crispados han perdido la conciencia de su crispación, precisamente en el lugar donde ésta se ha instalado. Es verdad que los receptores conectados con los husos y haces musculares deberían informarnos de la tensión que reina en tal o cual parte del cuerpo. Todo el problema consiste, en primer lugar, en conseguir que las crispaciones y tensiones vuelvan al nivel de la conciencia de vigilia. Como el objetivo de las asanas es el de estirar los músculos, la estimulación de los receptores nerviosos encargados de informar al cerebro sobre el estado de tensión de los músculos vuelve a despertar las percepciones allí donde se habían extinguidos. Al realizar una asana, hay que sentir donde se presentan resistencias en los músculos. El segundo paso consiste en disolver tales tensiones, en relajar los músculos, y ya sabemos que si se aplica una tensión a un músculo durante le tiempo necesario, éste llegará a estirarse, relajándose. Aunque no se consiga la relajación muscular, por los menos toma una conciencia de ella, lo cual es de por sí una etapa muy importante en el proceso de liberación. Este descubrimiento, o redescubrimiento, del universo interior es uno de los principales objetivos de las asanas y del yoga en general. Y como las asanas son neutras desde el punto de vista de la expresión corporal, tanto mayores son sus posibilidades de disolver las expresiones incorrectas.


1- Sarvangasana (vela): El primer asana de la serie es una posición invertida, escogido por su influencia importante e inmediata sobre la circulación sanguínea, y prácticamente sin esfuerzo muscular. La gravedad pone en circulación acelerada la sangre venosa estancada; vuelve al corazón ayudada por la gravitación, en vez de tener que luchar por ella. Sarvangasana elimina las estancaciones venosas en las piernas y en los órganos abdominales. También provoca un poderoso estimulo circulatorio con un esfuerzo muscular vecino a cero.

2- Halasana (Arado): al aumentar la presión del cuello, y por lo tanto la irrigación de la tiroides y el estiramiento de las cervicales, acentúa los efectos de la postura precedente. La flexión hacia delante acentúa la columna vertebral, mientras el vientre permanece comprimido. Al estar comprimida la caja torácica y bloqueada la costilla costal, los movimientos respiratorios se hacen por el abdomen.                                                               

3- Matsysana (pez): matsysana constituye la contra-postura de los ejercicios precedentes. Es decir que: el cuello, que acaba de estar largamente comprimido, queda liberado. A la inversa, los cervicales son apelotonados en lugar de ser estirados. El tórax se abre ampliamente, los que favorece la respiración torácica. El vientre esta estirado, la espalda curvada, a la inversa del Arado. La respiración es, sobre todo, torácica y clavicular.

 4- Paschimottanasana (pinza): se curva la columna vertebral hacia delante, sin comprimir ni alargar la nuca o el cuello. La curvatura se extiende especialmente a la parte posterior de la espalda, por lo que este asana completa el Arado.
Hay compresión del vientre, el cual estaba estirado en la postura precedente.

5- Bhujangasana (cobra): durante la fase dinámica, el vientre esta comprimido; durante la fase estética, esta estirado.
La columna vertebral esta doblada hacia atrás, a la inversa del Arado o de la Pinza. Los músculos dorsales que han sido estirados en las dos posturas precedentes y se han vaciado de su sangre, como esponja que uno exprimiera, van a ahora a contraerse en la postura de la Cobra: de aquí un importante refuerzo de sangre fresca en la espalda, visible desde el exterior.


6- Shalabhasana (saltamontes): sucede a la cobra y constituye su complemento. La fase dinámica de la cobra compromete la región superior de la espalda, desde los cervicales hasta la cintura, en tanto que en el Saltamontes es la musculatura bajo la cintura la que se contrae con fuerza para levantar las piernas




7- Dhanurasana (arco): al levantar a la vez el busto y la parte inferior de la espalda, el Arco combina la Cobra y el Saltamontes, asanas complementarios que han preparado la musculatura dorsal y la columna vertebral para sufrir la curvatura acentuada exigida por el Arco, que se coloca, lógicamente, después de esas posturas

 8- Ardha- Matsyendrasana (torsión): la sucesión de las flexiones hacia delante y hacia atrás, llevadas a fondo y repetidas, provocada en los músculos una sensación particular, cercana a la lasitud, que Ardha- Matsyendrasana, al torcer la columna en los dos sentidos, borra inmediatamente. Por esto esta posición se sitúa después de todas las flexiones.

 9- Shirshasana (postura sobre la cabeza): reina de las asnas, cierra la serie. Algunos maestros la colocan al comienzo; sin embargo, como nuestra serie comienza por Sarvangasana, se encuentra así encuadrada por dos posiciones invertidas, lo que es muy favorable.






 10- Uddiyana bandha: consiste en contractar los músculos abdominales forzando hacia arriba las vísceras y el diafragma hasta formar una ancha cavidad bajo las costillas, una inverosímil gruta excavada en la carne.

Después de haber vaciado a fondo los pulmones mediante una espiración forzada, el diafragma se eleva bajo el efecto de una falsa inspiración, que crea una depresión en el tórax, aspirando tras de si las vísceras que, de este modo, se instalan parcialmente en la caja torácica. Presionado por la presión atmosférica el vientre se hunde, se alisa y se aplasta; de perfil, el abdomen parece haber desaparecido.

11- Suryanamaskar (salutación al sol): se compone de una sucesión de 12 movimientos, que se repite varias veces, una tras otra, y pone en acción toda la musculatura para calentarla y condicionarla para los asanas. Tonifica la musculatura, acelera y amplifica la respiración y el ritmo cardiaco, sin conducir a la fatiga ni a la perdida de aliento. Ventila los pulmones, oxigena la sangre y desintoxica. Aparta las preocupaciones y devuelve la serenidad.



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