lunes, 6 de septiembre de 2010

CONSEJOS PARA SER FELIZ

Del libro: “Consejos para vivir feliz” de Dr. Bernie Siegel (11-07-04)

La idea de que los órganos transplantados contengan recuerdos no suena tan descabellada si pensamos que las emociones, los sentimientos y las creencias son parte de nuestra química. Cada experiencia afecta a lo que ocurre en el cuerpo y cambia la química interna de éste. Todas nuestras células tienen componentes capaces de captar la química del cuerpo y de almacenar recuerdos. Cuando no te sientes bien o haces un trabajo que no te gusta, esa experiencia te cambia por dentro. Cuando te gusta el trabajo y experimentas fe, esperanza y paz interior, eso también se refleja en tu química interna. Piensa en lo bien que te sienta hacer algo que te gusta y pierdes la noción del tiempo. Esas experiencias y sensaciones forman parte de nuestros recuerdos.
Sabemos que las experiencias afectan al cuerpo porque hay estudios que documentan que si no has hecho el amor con tu cónyuge en un año y nadie te ha acariciado y abrazado, las posibilidades de tener un ataque al corazón aumentan. Si sufres un ataque cardíaco, las probabilidades de recuperación dependen de si estás deprimido y solo o si tienes un cónyuge que te ama.
Cuando inhibes los sentimientos, los entierras en tu cuerpo. Tal ves consigas olvidar sensaciones y recuerdos desagradables sacándolos de tu mente conciente, pero no se marchan de tu cuerpo. Quedan almacenados en su interior y, mientras, debilitan el sistema inmunológico. Si escribes un diario, escribes poemas y relatos y te esfuerzas en ser conciente de tus sentimientos, tu cuerpo no tendrá que almacenar el dolor y tu resistencia a las enfermedades aumentará.
Cuando enfermas, el cuerpo te pide que sean conciente de lo que hay almacenado en su interior. Si decides hacer caso omiso del significado de tu dolencia, si decides dejar enterrados los sentimientos, te convertirás en el cementerio de tus sentimientos dolorosos y éstos podrán matarte. Este es el mensaje que transmitió Jesús en el evangelio de Tomás:
“Si sacas hacia fuera lo que tienes adentro, lo que saques te salvará. Si no sacas lo que tienes dentro, lo que no saques te destruirá”.
Recuerda que si pierdes las llaves del coche, eso no significa que Dios quiere que vuelvas a casa andando. Si pierdes la salud, búscala como harías con las llaves. La enfermedad es un mensajero, no un castigo. . .
Para descubrir lo que hay almacenado dentro de ti, dedica tiempo a ensoñar, meditar, visualizar y rezar. Hay muchos libros y cintas que pueden ayudarte. Si no has empezado ya a dedicar cada día un rato a levantar la tapa y soltar los sentimientos enterrados, comienza hoy mismo. Si no lo haces para lograr la iluminación, hazlo por el bien de tu salud. Una vez el cuerpo y la mente sepan que estás abierto y quieres curarte, así será.

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